Se debatieron asuntos de máximo interés
-
El cambio disruptivo: megatendencias que están cambiando el mundo.
Ponencias:
-
Economía colaborativa y movilidad eficiente.
Ponencias:- Emov: transformando la movilidad en un mundo conectado. (pdf)
-
Logística: retos en el nuevo escenario de la movilidad de mercancías..
Ponencias:
-
Horizonte 2021: vehículo autónomo y conectado.
Ponencias:- Automovilistas Europeos Asociados: los vehículos autónomos no pueden hacer daño a la humanidad, pero si fallan ¿quién debe responder?. (pdf)
- Bosch: presente y futuro de la conducción automatizada. (pdf)
- Dirección General de Tráfico: movilidad Autónoma y conectada. Retos y papel de la Administración. (pdf)
- Seat: Driver Assistance & Autonomous Driving, Challenges and Opportunities. (pdf)
- Volvo: Thinking of mobility. (pdf)
-
Big Data: gestión de datos para la mejora del tráfico y la seguridad vial.
Ponencias:
-
Las infraestructuras del futuro. ¿Evolución o adaptación al cambio?.
Ponencias:
Ámbitos para la reflexión:
Conducción autónoma / Vehículo conectado
Un vehículo autónomo es aquel capaz de circular sin la intervención humana en toda circunstancia: ciudad, carretera convencional o autopista. El usuario elige un destino, pero no es necesario que realice ninguna operación para el funcionamiento del coche. La conducción autónoma requiere el reconocimiento de señales, semáforos, peatones, ciclistas, coches y cualquier otro vehículo o elemento en el entorno de la vía.Esto es posible gracias al uso de un conjunto de sistemas avanzados de control -láser, radar, lidar, sistema de posicionamiento global y visión computerizada- que interpretan la información para identificar la ruta apropiada, así como los obstáculos y la señalización relevante.
Los vehículos autónomos pueden recorrer carreteras cuyo trazado haya sido previamente cartografiado y programado. Si una ruta no está recogida por el sistema, el vehículo no podrá circular correctamente.
En diversas partes del mundo se están llevando a cabo pruebas reales con coches, autobuses e incluso camiones autónomos que, de forma supervisada de momento, recorren calles y ciudades (el coche de Google ha recorrido de forma autónoma un millón de kilómetros en 2016). Sin embargo, muchas son las preguntas sin respuesta que este tipo de conducción plantea. Algunas técnicas, relacionadas con la imprescindible adaptación de las infraestructuras. Y otras éticas y morales. ¿Cómo respondería el vehículo autónomo ante la disyuntiva de proteger a un peatón o al conductor? ¿Es siempre la respuesta generada por los algoritmos matemáticos la más idónea desde el punto de vista "humano"?
Otras cuestiones son jurídicas y legales: cuál es el marco legal para la circulación de estos vehículos, cómo se adaptarán las pólizas de seguro a la conducción autónoma, qué sistemas se implementarán para evitar hackers, cómo compatibilizar la geolocalización permanente con el derecho a la privacidad...
Se denomina vehículo conectado a aquél que dispone de un sistema de comunicaciones inalámbricas de corto alcance (alrededor de 400 metros) que le permite "dialogar" con el resto de elementos existentes en su entorno, sean éstos otros vehículos, peatones o la propia infraestructura.
Se establece así una red de comunicación específica que conecta unos vehículos con otros y a éstos con las vías, los semáforos, la señalización… El sistema se puede complementar con una conexión a Internet para recibir otro tipo de información, por ejemplo, climatológica o de determinados servicios.
¿Cómo funciona? Pongamos algunos ejemplos. Cuando un conductor frena de forma brusca y hace saltar el ABS, su coche envía esta señal de alarma al sistema que, a su vez, la transmite al resto de vehículos de su entorno avisando a los conductores de un peligro y haciendo que éstos también frenen o reduzcan la velocidad. Así, las posibilidades de accidente se reducen notablemente. En los cruces con baja visibilidad, esta forma de comunicación es muy útil, ya que permite a un conductor saber si se aproxima otro coche a la intersección y actuar en consecuencia. Conocer cuándo se va a poner un semáforo rojo, si hay plazas libres al aproximarse a un aparcamiento o si se conduce en sentido contrario son solo ejemplos de las muchas ventajas que la conducción conectada puede ofrecer.
En este campo, Toyota ha sido el primer fabricante en comercializar un sistema de comunicación entre vehículos y entre estos y la infraestructura. Funciona de momento en 20 de las principales intersecciones de la ciudad de Tokio. Se denomina Toyota Intelligent Transportation System y está disponible en tres modelos de la marca japonesa. A través de la información captada por una serie de telecámaras instaladas en algunos de los puntos más conflictivos del tráfico, el sistema es capaz de advertir de la presencia de vehículos en puntos ciegos o de peatones que se aproximan corriendo al paso de cebra.
El vehículo eléctrico. Perspectivas de futuro en el ámbito urbano e interurbano
Los coches 100% eléctricos –en contraposición a los híbridos- son aquellos que utilizan un motor eléctrico en lugar de un motor convencional de combustión, y un conjunto de baterías, normalmente de iones de litio (o hierro como BYD) en lugar del depósito de combustible. La recarga de estas baterías requiere enchufar el vehículo a la red eléctrica.El futuro de esta tecnología viene impulsado por dos claras tendencias. Por un lado, el reconocimiento del propio sector de la automoción de que los motores de explosión –gasolina y gasóleo-, se quedan obsoletos. Sus índices de eficiencia energética son muy bajos, ya que, según algunas fuentes, menos del 30% de la energía contenida en el combustible llega realmente a las ruedas, y además, sus emisiones siguen siendo elevadas a pesar de la mejora tecnológica que han experimentado.
Por el contrario, los motores eléctricos son cuatro veces más eficientes que sus competidores de combustión interna. Además, son capaces de aprovechar la energía de los frenados, lo que los hace ideales para los desplazamientos urbanos.
Por otro lado, la exigencia, cada vez más notoria, por parte de la sociedad de una movilidad menos contaminante fomenta la innovación tecnológica en este campo, mientras que la inestabilidad geopolítica en zonas productoras de petróleo favorece el deseo de independencia energética de los países.
Pero el desarrollo de estas tecnologías eléctricas en carretera también tiene algunos retos y dificultades importantes que deben enfrentarse para contrarrestar el rechazo de los posibles compradores: baterías que proporcionen una autonomía suficiente a un coste razonable y una red óptima de puntos de recarga rápida.
Aviones no tripulados vs drones y su aplicación a la gestión viaria
Un vehículo aéreo no tripulado (VANT) –en inglés Unmanned Aerial Vehicle, UAV-, llamado coloquialmente dron (del inglés drone, que significa zángano) es una aeronave capaz de volar sin la intervención de ningún humano a bordo.Históricamente, eran aviones pilotados de forma remota, pero cada vez más se está empleando el control autónomo de estos UAV.
Los aviones no tripulados, que hasta no hace mucho eran utilizados en exclusiva en el ámbito militar y del espionaje, ofrecen ahora nuevos usos civiles aún poco o nada explorados: desde el reparto de paquetería o la organización de mercancía en los almacenes, hasta la búsqueda y rescate de personas, prevención de incendios o gestión del tráfico.
En este último punto, ya se estudia el uso de drones dotados de cámaras para registrar el estado del tráfico en carreteras y ciudades con el fin de proporcionar datos que esclarezcan los accidentes o mejoren la fluidez de la circulación. También se utilizarán para encontrar plazas libres de aparcamiento, e incluso podrían sustituir a los helicópteros de Tráfico en su trabajo de vigilancia y control de las vías. Todo ello, con un coste notablemente inferior al no llevar piloto ni pasajeros y ser mucho más ligeros.
Smart mobility
El concepto de smart mobility supera el de smart road. Y es que la movilidad inteligente es mucho más que una carretera con un elevado componente tecnológico. La infraestructura viaria no es solo el soporte del tráfico en automóvil privado. Por el contrario, la bicicleta, el autobús, el vehículo compartido, incluso la energía, son también parte de la vía, y para ellos también hay alternativas smart.En este contexto, la smart city, alrededor de la que se mueve buena parte del desarrollo tecnológico en la actualidad, no se entiende sin unas carreteras inteligentes. A través del uso intenso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), la ciudad del futuro ha de ser capaz de conseguir una gestión eficiente y sostenible en todas sus áreas (administración, urbanismo, infraestructuras, transporte, servicios, educación, sanidad, seguridad pública, energía, etc.), garantizando que se satisfagan las necesidades de la ciudad, de sus instituciones, empresas y habitantes.
Así considerado, no puede existir la smart city sin una smart road. Estos dos conceptos, juntos, dan lugar a una verdadera smart mobility, que debe complementarse con el desarrollo intermodal, donde la carretera desempeña, una vez más, un papel claramente protagonista.
Big Data & Internet of Things en el transporte del siglo XXI
En 2014 se enviaron alrededor de 200 millones de correos electrónicos en todo el mundo y se generaron 2,46 millones de mensajes de Facebook cada minuto; además, Google procesó 3,2 billones de búsquedas al día (unas 40.000 por segundo).Un volumen de información de magnitud tal y diversidad en cuanto a su procedencia que ha traído parejo el desarrollo de tecnologías y técnicas de análisis de datos conocidas como Big Data. Desde su origen, las técnicas Big Data se han enfocado principalmente a la resolución de problemas específicos en los que intervienen ingentes cantidades de datos. Hasta no hace mucho, hablar de Big Data implicaba hablar sobre cómo almacenar y acceder a esas grandes cantidades de información, así como la forma en la que acelerar su procesamiento.
Sin embargo, la transformación digital ha incorporado nuevos matices al concepto de Big Data, puesto que no se trata solo de tecnología, sino que ha pasado a ser uno de los pilares básicos para la conexión de disciplinas diversas. Hoy en día, Big Data es una estrategia y no tanto un producto.
Big Data está demostrando ser extraordinariamente eficaz en áreas como la banca o la venta online, aunque, poco a poco, se va expandiendo a otros sectores. El transporte es uno de ellos. Combinar, procesar y analizar conjuntamente registros derivados del equipamiento inteligente de una carretera (estaciones meteorológicas, semáforos, iluminación, panales de información viaria) y de los sistemas Smart que incorporan los nuevos vehículos (GPS’s, e-Call), junto a la información en tiempo real que se difunde a través de las redes sociales relativa a la detección de anomalías, incidencias o accidentes… ofrecen posibilidades extraordinarias para la óptima gestión del tráfico, la eficiencia y la seguridad de la circulación.
Organización
El workshop ha sido organizado por el laboratorio de ideas de la Asociación Española de la Carretera (AECLab).Para terminar, quería hacer mención especial a Marta Rodrigo Pérez (Subdirectora General de Relaciones Institucionales) por su profesionalidad y por entregarme la documentación necesaria para posibilitar la redacción del artículo.
Nota importante
"Hace ya unos meses que el Gobierno, en uno de sus Consejo de Ministros, aprobó un plan de ayudas e incentivos para realizar la compra de vehículos eléctricos de todo tipo, con la intención de incentivar la movilidad eficiente y sostenible. Esta iniciativa lleva como nombre Plan MOVES, y ha sido dotado de un presupuesto de 45 millones de euros, lo cual podemos traducirlo a una ayuda de hasta 5500 euros por la adquisición de un vehículo eléctrico.
Además, los concesionarios aplicarán un descuento extra de 1.000€, siempre y cuando la Administración concerniente haya aprobado ya la solicitud."