Como todos sabemos, desde comienzos de este año 2020 hemos estado sufriendo una importante pandemia que ha paralizado el mundo entero, tanto a las empresas como a la vida en general.
Ante este obstáculo, no nos queda otra que adaptarnos a estas circunstancias y podemos además aprovechar esta situación para mejorar aspectos que ya tenían deficiencia en el pasado.
Desde hace ya unos años, un número cada vez mayor de empresas han ido implementando diversas tecnologías paulatinamente para mejorar la gestión, la producción, eficiencia, etc.
Pero aunque a través de esas herramientas eran capaces de generar una cantidad ingente de datos de sus clientes, posteriormente eran incapaces de aprovechar todo esta información para sacarle valor.
Y es aquí donde podemos contar con 2 tecnologías de un enorme potencial: el Big Data y la Inteligencia de Cliente.
El Big Data es de gran importancia para las empresas ya que nos proporciona respuestas a muchas dudas o preguntas que ni siquiera se conocían, pasando por tanto a tener un primer punto de referencia.
La analítica avanzada es fundamental para obtener el máximo valor de los datos de nuestros clientes y el Big Data puede utilizar distintos métodos y tecnologías para obtener esta información valiosa de conjuntos de datos de gran tamaño y diversos que tiene la empresa.
Utilizando estas herramientas de Big Data podemos almacenar, estructurar y procesar todos estos datos para a continuación poder utilizar la Inteligencia de Cliente y poder llegar a conocer mejor a nuestro cliente y en base a ellos realizar acciones para mejorar nuestro éxito.
El innovador concepto “Inteligencia de Cliente” consiste en extraer y analizar la mayor cantidad posible de información acerca de nuestros clientes y potenciales para poder así ofrecerles el producto de forma personalizada y adaptado a sus necesidades, aspectos claves si queremos mejorar nuestras ventas y aumentar la fidelización en sus compras.
Debemos tener en cuenta que en el mundo digital de nuestros días la mayoría de estos clientes comparten su información con las empresas con las que están interactuando: hábitos de búsqueda, compra, intereses, preferencias…. una información vital que nos será muy útil para estudiar el perfil de quién nos compra y ofrecerle lo que necesita en cada momento.
Si la empresa emplea ambas tecnologías, además de conocer de mejor manera los gustos y preferencias de nuestro cliente como comentamos anteriormente, podremos predecir futuras compras, dispondremos de una detallada segmentación de nuestro público a la que podremos ofrecer desde ofertas u otras comunicaciones que creamos conveniente o conocer el grado de satisfacción que tiene en este momento con nuestros productos/servicios y poder actuar en consecuencia.
A nivel de gestión también supone una enorme mejora, ya que podremos analizar a través de indicadores (personalizados según queramos) diversos aspectos que conseguirán que a partir de ese momento nuestras tomas de decisiones puedan desarrollarse con mucho mayor conocimiento tanto de la empresa como de los clientes.
Para el departamento de Marketing todo esto será de gran ayuda, ya que ante el eventual lanzamiento de campañas podremos saber perfectamente a qué perfil de nuestros consumidores iremos dirigidos, poder comunicarnos utilizando newsletters dirigidas únicamente a un perfil de público específico o incluso hacerle recomendaciones directamente basadas en el comportamiento que ya conocemos de análisis previos de sus datos y que podremos predecir para futuros productos o servicios.
Además, tendremos un claro avance en la visualización de datos para usuarios sin conocimientos técnicos, ya que muchas de estas herramientas de análisis ofrecen en la actualidad múltiples bibliotecas de visualización más allá de los habituales gráficos de barras y líneas.
Los usuarios pueden elegir entre diagramas de dispersión, mapas de calor, mapas de árbol, visualizaciones en 3-D y, para el análisis de texto a través de nubes de palabras. También se permite a los usuarios arrastrar y soltar visualizaciones fácilmente en espacios de trabajo/cuadros de mando o cambiar de perspectiva al ver las relaciones de datos y las comparaciones en múltiples visualizaciones.
A día de hoy y con la total incertidumbre que tenemos con el COVID-19, el uso de la tecnología puede otorgar un gran apoyo a las empresas para conocer de una forma más profunda a sus clientes y automatizar toda esta recogida de datos y procesamiento.
Ante esta crisis y con la competitividad feroz que existe en el mundo empresarial, es una gran ventaja poder explotar toda la información de la que disponemos, conocer qué necesita el sector en el que estemos, qué es lo que se está demandando, los servicios que se requieren, qué se está valorando en nuestros productos o qué opinión tienen ante los precios u otros factores que consideremos relevantes.
De esta manera tendremos la capacidad de ofrecer a nuestros clientes un servicio personalizado y de mayor calidad, mejorando así su satisfacción por lo que tanto las ventas como las prescripciones tendrán un importante incremento.
¿Tu empresa ya tiene estas tecnologías o piensa implementarlas próximamente? ¿A qué esperas?
Desde hace ya unos años, un número cada vez mayor de empresas han ido implementando diversas tecnologías paulatinamente para mejorar la gestión, la producción, eficiencia, etc.
Pero aunque a través de esas herramientas eran capaces de generar una cantidad ingente de datos de sus clientes, posteriormente eran incapaces de aprovechar todo esta información para sacarle valor.
Un avance en el análisis de los datos para las empresas
Y es aquí donde podemos contar con 2 tecnologías de un enorme potencial: el Big Data y la Inteligencia de Cliente.
El Big Data es de gran importancia para las empresas ya que nos proporciona respuestas a muchas dudas o preguntas que ni siquiera se conocían, pasando por tanto a tener un primer punto de referencia.
La analítica avanzada es fundamental para obtener el máximo valor de los datos de nuestros clientes y el Big Data puede utilizar distintos métodos y tecnologías para obtener esta información valiosa de conjuntos de datos de gran tamaño y diversos que tiene la empresa.
Utilizando estas herramientas de Big Data podemos almacenar, estructurar y procesar todos estos datos para a continuación poder utilizar la Inteligencia de Cliente y poder llegar a conocer mejor a nuestro cliente y en base a ellos realizar acciones para mejorar nuestro éxito.
¿Pero en qué consiste la Inteligencia de Cliente?
El innovador concepto “Inteligencia de Cliente” consiste en extraer y analizar la mayor cantidad posible de información acerca de nuestros clientes y potenciales para poder así ofrecerles el producto de forma personalizada y adaptado a sus necesidades, aspectos claves si queremos mejorar nuestras ventas y aumentar la fidelización en sus compras.
Debemos tener en cuenta que en el mundo digital de nuestros días la mayoría de estos clientes comparten su información con las empresas con las que están interactuando: hábitos de búsqueda, compra, intereses, preferencias…. una información vital que nos será muy útil para estudiar el perfil de quién nos compra y ofrecerle lo que necesita en cada momento.
Ventajas del uso de la Inteligencia de Cliente y el Big Data
Si la empresa emplea ambas tecnologías, además de conocer de mejor manera los gustos y preferencias de nuestro cliente como comentamos anteriormente, podremos predecir futuras compras, dispondremos de una detallada segmentación de nuestro público a la que podremos ofrecer desde ofertas u otras comunicaciones que creamos conveniente o conocer el grado de satisfacción que tiene en este momento con nuestros productos/servicios y poder actuar en consecuencia.
A nivel de gestión también supone una enorme mejora, ya que podremos analizar a través de indicadores (personalizados según queramos) diversos aspectos que conseguirán que a partir de ese momento nuestras tomas de decisiones puedan desarrollarse con mucho mayor conocimiento tanto de la empresa como de los clientes.
Para el departamento de Marketing todo esto será de gran ayuda, ya que ante el eventual lanzamiento de campañas podremos saber perfectamente a qué perfil de nuestros consumidores iremos dirigidos, poder comunicarnos utilizando newsletters dirigidas únicamente a un perfil de público específico o incluso hacerle recomendaciones directamente basadas en el comportamiento que ya conocemos de análisis previos de sus datos y que podremos predecir para futuros productos o servicios.
Además, tendremos un claro avance en la visualización de datos para usuarios sin conocimientos técnicos, ya que muchas de estas herramientas de análisis ofrecen en la actualidad múltiples bibliotecas de visualización más allá de los habituales gráficos de barras y líneas.
Los usuarios pueden elegir entre diagramas de dispersión, mapas de calor, mapas de árbol, visualizaciones en 3-D y, para el análisis de texto a través de nubes de palabras. También se permite a los usuarios arrastrar y soltar visualizaciones fácilmente en espacios de trabajo/cuadros de mando o cambiar de perspectiva al ver las relaciones de datos y las comparaciones en múltiples visualizaciones.
Futuro para muchas empresas
A día de hoy y con la total incertidumbre que tenemos con el COVID-19, el uso de la tecnología puede otorgar un gran apoyo a las empresas para conocer de una forma más profunda a sus clientes y automatizar toda esta recogida de datos y procesamiento.
Ante esta crisis y con la competitividad feroz que existe en el mundo empresarial, es una gran ventaja poder explotar toda la información de la que disponemos, conocer qué necesita el sector en el que estemos, qué es lo que se está demandando, los servicios que se requieren, qué se está valorando en nuestros productos o qué opinión tienen ante los precios u otros factores que consideremos relevantes.
De esta manera tendremos la capacidad de ofrecer a nuestros clientes un servicio personalizado y de mayor calidad, mejorando así su satisfacción por lo que tanto las ventas como las prescripciones tendrán un importante incremento.
¿Tu empresa ya tiene estas tecnologías o piensa implementarlas próximamente? ¿A qué esperas?
* Artículo de Miguel Fernández Cejas *